sábado, junio 27, 2009

Regalitos de Café

Un sorbo. Al final el Café Pluma le terminó poniendo en toda su madre al Pico Juan Valdez (ya el cumbre será otra cosa). Miro a los mártires de la democracia moderna mexicana llamar a sus clientelas a evitar que la mafia se imponga en Iztapalapa. Sigue siendo nota y  a Denisse le da para dos columnas dos. Click, click. Una grabación de celular registra como una tipa de mi edad que fue a acompañar una manifestación se ahoga en sangre después de que le disparan en el pecho convirtiéndola en mártir. Me viene al a mente la tira de Boogie el Aceitoso en la que un vecino llama a su puerta y le pide unas pinzas. Boogie le pide que espere mientras él las busca entre sus cosas. El vecino , que seguramente no soportaba los silencios o era aficionado a escucharse a sí mismo, comienza a hablar de la violencia que los tiene acorralados a todos, violencia en el televisor, en el ruido desquiciante , en el trato, en los diarios. El Aceitoso le aclara el pensamiento apretándole un dedo con las pinzas, diciéndole mientras el tipo se retuerce: “Escuche amigo, está usted confundido…ésta es la violencia real, la del dolor físico (…) lo demás es una violencia…. utópica por decirlo así…”. Cómo te extraño, Fontanarrosa. Click, click.

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Un sorbo más. No dormí mucho y lo estoy pagando en este fin de semana. Esta vez soy observador de las consecuencias de un abuso de confianza. Esta vez soy parte de las soluciones. Opino, voy, busco, ofrezco. Es mucho menos satisfactorio de lo que pensaba, pero hasta ahí.

 

Lo demás se ha ido en números, en agarrarme dos o tres veces con la shiaka, pero es reflejo de que hay equilibrio de fuerzas. De que no hay jefe. Nombres , nombres. Algunos parecen todavía demasiado lejanos, pero con trabajo quizá podamos agarrarlos, no sé.  Dudo a veces, como ayer. Siempre que empiezo a sentir que me engarroto, llega alguna noticia, algún dato que me aliviana un poco. Lo suficiente para llegar si no sonriente, de buen ánimo, saliéndome de personaje, dejando de ser el neurótico que quiere todo para ayer para convertirme en el que se hace bolas y se desprograma cada que le preguntan por el esequinientosepalamadre o el kaochocientostusmames. Estamos y ahí vamos.

 

Por lo pronto el 18 de julio está marcado como el kickoff de mi último debraye. Invitaría a algunos, pero tendrían que pagar boleto de avión. Ya me dijeron que me toca ser “algo así como control de calidad” o sea que me toca husmear en el trabajo de todos para decirles que lo están haciendo mal. Ah, y también me tocan las fotos. Mi vieja Rebel G verá un poco de acción ^^

 

Next: Tu nombre no está escrito en El Árbol de la Vida.

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