Decido.
Tomarte por el brazo y sacudirte.
Decirtelo ahora que más nada queda, que es un poco tarde, pero aún, quizá.
Sin arrebatarte. Sin quererlo como antaño, casi por accidente.
Entre tropiezos, a la vez que me doy cuenta de algunas cosas que recurrentemente olvido y vuelvo a recordar. Como casi siempre.
Como nunca.
Lejos están ya aquellas voces.
Vestigios. Retazos de lo que nadie más recuerda.
Excepto tú , que lo atesoras.
Sin añoranza, como bien te lo he enseñado.
Nos reinventamos.
Y a la vez, nos vamos olvidando.