lunes, octubre 20, 2008

Una imagen

Hemos pasado más de alguna tarde juntos. Debo reconocer que casi siempre he sido yo quien ha acudido a donde estés, ya sea estudiando, ya sea trabajando. Nunca hemos necesitado demasiado. A veces un televisor portátil, una cajetilla de cigarros, algún vaso de plástico para tomar cerveza. Un tablero de ajedrez, los amigos en turno y a veces alguna mujer, tuya o mía aburriéndose un poco.

Recuerdo una ocasión particular en que llovía de una forma bárbara. Yo sentía pánico y me costó trabajo subirme al metro y llegar guardando la compostura, por lo menos a medias, hasta ese local. Cuando te ví, me rompí.

Me has escuchado decir las más grandes estupideces. Me conoces ilusionado, eufórico, severo, inspirado, justiciero, fingido. Has sido mi cómplice al callar tantas cosas que he hecho y que conoces, y las que no conoces las sospechas. Quizá si aquellas personas se enteraran de la mitad tendrías que ir a recoger mis despojos un día de éstos, literalmente.

Más allá, quien me conoce sabe que eres una parte , que no extensión, de mi persona. En tí veo cosas que yo jamás tendré. Sin embargo, no eres mi opuesto. No eres un reto y jamás competiré contigo, salvo que sea en un juego de pelota.

La pelota... gracias a la de cuero te conocí mejor. En el juego decubrí tu carácter, tu nobleza, tu aguerrida terquedad, tu yo generoso, tu sangre. Todo eso lo he confirmado fuera de la cancha improvisada durante estos años.

Y me siento afortunado.


Alguna vez nos contamos nuestra muerte. Cuando recordemos la tuya resumiré tu vida con las mísmas líneas que desde hace tiempo han sido para tí:



Oh! I have slipped the surly bonds of Earth

And danced the skies on laughter-silvered wings;
Sunward I've climbed, and joined the tumbling mirth
Of sun-split clouds, — and done a hundred things
You have not dreamed of — wheeled and soared and swung
High in the sunlit silence. Hov'ring there,
I've chased the shouting wind along, and flung
My eager craft through footless halls of air. . . .

Up, up the long, delirious burning blue
I've topped the wind-swept heights with easy grace
Where never lark, or ever eagle flew —
And, while with silent, lifting mind I've trod
The high untrespassed sanctity of space,
Put out my hand, and touched the face of God.



No hay comentarios.: