martes, octubre 28, 2008

San Juditas no se junta con rateros

Quienes vivan en las cercanías, transiten, o efectivamente, vivan en zonas de las llamadas populares, tuvieron su serenata de fuegos artificiales desde ayer por la noche. Cohetones pues, que los devotos de San Judas Tadeo comenzaron a echar para celebrar el mero día del Santo preferido por la pura lacra, que diga, por mi bendito pueblo chilango.

Cualquiera que use el transporte público (microbús, metro o levantaméndigos) habrase encontrado con algún grupo de simpáticas jovencitas cargando su santito, quizá grupos de 3, 4 jóvenes morenazos con camisetas blancas o ya de plano caravanas de 50+ individuos cargando figuras , portando playeras de Judas (que no Priest, Tadeo culerooos!) , echando desmadre (es la alegría de venir a dar gracias, carnal) . Dos o tres collares , que son la cuenta de los miracles de este intercesor al mayoreo con el mero jefe de jefes, es en apariencia el promedio, aunque hay algunos que con la cantidad de collarcitos que ya trae colgado su santito nos hacen sentir el espíritu de Mardi Grass en pleno Metro Hidalgo (O Belles Arts, o Revolución..).

La colorida muestra de (con efe mayúscula de Fuck me sideways with a lunchbox) se transforma hasta que vemos aparecer por ahí a simpáticas figuritas de la Santísima Morte (hoz y , a veces, hasta caballo incluido) de papel aluminio que el exconvicto autor realizó con sus propias manitas, haciendo churritos con el papel plateado que tiene su jefa en la cocina. Basecita de madera y toda la cosa. ¡Divinas criaturas! mira tú que a cualquiera enternece ver a semejantes malandrines revelarse no sólo como diestros con la navaja, el picahielo o el fogón, sino también con vocación de artista plástico (órale órale, que me tardé toda la noche haciéndola).

Y en medio de toda esta belleza, de este ritual de cada 28 (nomás que el de hoy es rilouded), viene la Arquidiócesis Primada de México , con su comunicado publicado en el SIAME, a decir que todo el esfuerzo de una noche del Chijiro, vale para pura madre:

"...el culto a San Judas Tadeo es incompatible con el narcotráfico y la delincuencia."



Al igual que la Iglesia y la Politika, o unos güisquis y el volante.


"...muchas personas que delinquen consideran a san Judas como su santo patrono, pero, San Judas Tadeo, de ningún modo, se vería en el cielo intercediendo ante Dios a favor de quienes actúan en forma contraria a los Mandamientos de Cristo..."


Defíname delinquir, señor, monsegnore.




Tengo dos teorías:

Primera. A San Judas le llegaron al precio. Digo, si se compran polis auxiliares, ministeriales, jodeciales, candidaturas, curules, periodistas quedíadíaledanledamoslanoticia, gubernaturas, cardenales (con y sin monaguillos), ps en una de esas mister T. le entró a eso de traficar influencias y cobrar a cambio de protección o hacerte el paro con el mero mero, ¿que no?, digo, el mercado de almas no ha estado muy bien ultimamente con tanta competencia, viejo.


Segunda. El rito no le pertenece a una bola de viejos rancios y, en su mayoría, afeminados. La asociación entre el culto a saint judas y el culto a la santa muerte era bastante previsible, dado que el fanbase de ambos iconos comparte bastantes rasgos comunes. La sarta de ridiculeces que se le ocurre a la banda creyente para expresar su religiosidad termina por conformar algo muchísimo más rico e interesante que , no sé, la pendejada de la Santa Tolerancia.

La hipocresía , la condena, la carita de fuchi porque eso como que no va, sucede en aquellos que intentan hacer una apropiación a título de exclusividad de la religiosidad, del rito. Creen sinceramente que ellos sí son más católicos, menos pendejos o dan gracias por pertenecer a alguna ahuevadora secta cristiana con nombre estrafalario. Su mirada condescendiente (pobrecitos nacos, ése seguro que es asaltante wey!) , su tolerancia , se va al carajo cuando ese naco los baja del coche, o les secuestra a su aburrida hermana y ,entonces, a ellos les queda encomendarse a un milagro de nuestras autoridades, o de San Judas.


Todo esto por una nota de Milenio.

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