viernes, octubre 24, 2008

Hasta los huesos.

Hoy es viernes (no me digas!) y tendría más de un tema para compartir, ya sea que la campaña de mister McCain empieza a apestar a muerto o sobre los desplantes de Andrés que, yo no sé a estas alturas, como pueden sorprender a alguien ( y convertir amigos, conocidos, gente decente y de izquierda en los primeros que piden su cabeza, mandándome de un plumazo al centro conciliador, yo! haganme el chingado favor).

La verdad es que hacer escarnio de figuras como las del Señor de la Esperanza y sus adelitas y adelitos me provoca una hueva abrumadora. No hace falta abrirle los ojos a nadie sobre los verdaderos colores de algún lidercillo o capo político. el hecho de que el señor la riegue de fea manera no hace que quienes son sus adversarios sean los buenos de la película, ni los hace ser mejores legisladores, servidores públicos, ciudadanoes, padres de familia, ni mejores mexicanos. Da risa el ver a pobres diablos poniéndose la camiseta de algun bando, como si esto los definiera, les añadiera algún valor a sus agusanadas personalidades.

Es esa jodida angustia la que me resulta molesta. La huelo en todos lados. Angustia por significarse en algo, por tener o no tener, por sentir, por ser vistos, por convertirnos en otra cosa, por creer. Esta jodida angustia que les lleva a tragarse lo que sea, a tomar partido, a sentirse parte de algo, una vez más, creyendo que , !ahora sí, chicos! , podemos ser felices.

De ahí la inmediatez de las soluciones, lo vacío de los conceptos, el reciclaje de palabras, de ideas, de promesas.

Que venga, entonces la ficción.





Ah! Se supone que debía esperar a verlo, pero youtube todo lo puede. Mis niños, yo sé que ustedes son todos conocedores , pero habrá algúnd espistado como yo que apenas haya descubierto este maravilloso cortometraje. Creo que viene al dedillo:


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