lunes, agosto 02, 2010

Esto sucedió cuando un gusano se alojó en su cabeza.

No ha hecho sino lo que debe hacer. No lo que su impulso dicta: terminar de sumergirse en la embriaguez de las coincidencias felices, de la espontánea euforia y su hangover de seca melancolía por lo que aún no pasa.

Y se pregunta, como esperando que surja una voz que le cambie la respuesta: existo? desde qué momento se nos otorga la facultad de ser inmateriales? deambulo entre las rendijas que dejan los deberes y que  que cada vez son menos. Es?  existe? palpitar entre momentos lúcidos. Soy sueño intrascendente o tangible amenaza ¿para quien? elegir entre el mareo de la resaca o las ensoñaciones que provoco. Cómo es que eres tan manifiesta en tantas cosas!. Por qué los ánimos se vuelcan hacia tí , como si los llamaras, mejor dicho, como si los poseyeras ya, desde antes...?


Quién define lo aceptable, los límites del ensimismamiento , el volumen que debe ocupar la idea de otro en mi cabeza?

Para quién es la mano que extiendo, a quién llamo a golpes, a estremecimientos, la ausencia de quién lamenta mi deriva con clamores resonantes?

Si no le pienso, le sueño y si le sueño no dejo de pensarle como se piensa en una mano tibia por el roce, como cuando en la furia de la marejada se voltea para un lado y para otro buscando quiensabe que cosa.

Y si soy sueño, me descarno y tú así me invocas. Hasta que la voz dice:
es sueño, es nada. 

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